miércoles, 22 de febrero de 2017

Código de barras para monitorear la biodiversidad



La cuenca del Amazonas alberga al menos el 30% de las especies de peces de río descritas a la fecha. Si quisiéramos evaluar el efecto de los cambios en el ecosistema —ya sea por causas naturales o por acción del hombre— sobre esta enorme biodiversidad, ¿cómo lo haríamos?

Sería sumamente laborioso y caro analizar el estado de cada una de estas especies. Lo que se hace es identificar a unas cuantas que actúan como indicadores. Es decir, especies que son fáciles de estudiar y que podrían representar la situación de muchas otras.

El inconveniente con los indicadores es que ofrecen una escasa compresión de los problemas. Además, hacen caer en la tentación de gestionar la biodiversidad en base al indicador y no en lo que éste representa.

¿Se imaginan lo útil que sería contar con una herramienta que, de un sólo tiro, nos permita conocer qué especies y con qué frecuencias se encuentran en un determinado lugar? Gracias al impresionante avance en las técnicas de secuenciación de ADN, hoy en día podemos identificar el estado global de la biodiversidad en una determinada región, incluso sacar conclusiones sobre el funcionamiento de un ecosistema.